Circunstancias sobrevenidas nos motivan a abordar un tema no planificado inicialmente. Por su complejidad serán varios artículos y lo haremos como siempre, desde la admiración y el respeto más profundo.
Tres hechos han dejado sus huellas para identificarme con Irán y su historia: el primero de ellos, cuando el presidente Hugo Chávez abrió las puertas de la “hermana” Irán (así la llamó) y nos invitó a andar por los caminos de la civilización persa.
El segundo: sentir la inconsolable tristeza del presidente Mahmud Ahmadineyad en el funeral del presidente Chávez (a quién llamó: “hermano querido” en el mausoleo del Imán Reza, el sitio más sagrado de Irán) y que removieron los sentimientos más nobles y amorosos de Venezuela hacia el pueblo iraní. La imagen de Ahmadineyad se convirtió en símbolo de amistad eterna entre ambos pueblos.
El tercero tiene como contexto la reciente guerra y me lo reservaré por ahora, pero tiene relación directa con el siguiente tema histórico y cultural: la “costumbre” de la mujer de cubrirse la cabeza o el rostro con un velo.
Fijaré mi visión sin cortapisas: la tecnología social del “velo” es de origen y naturaleza violenta, de control, discriminación y sumisión social y patriarcal, que se le impuso a la mujer a través de otra tecnología social como son las leyes. Y sus raíces se encuentran en civilizaciones preislámicas: Asiria y Babilonia, Persia, etc.
Los registros más antiguos que regulan el velo provienen de textos de un antiguo código legal asirio (Ley A §40 c 1300 aC). La ley asiria obligaba a las mujeres “respetables” (esposas, hijas de hombres libres) a cubrirse en público. Prohibía explícitamente a las mujeres “no respetables” (esclavas y prostitutas) usar el velo.
La Ley Asiria A §40 no era una “costumbre”, era una imposición legal coercitiva: leyes elaboradas por hombres en contra de la dignidad humana. Oculta la violencia de su origen y la reduce a una peculiaridad cultural.
Hay que superar el maniqueísmo y la dicotomía feminista-machista, el problema es más profundo, es de dignidad humana. Esto ha sido un tema filosófico universal de todos los tiempos. Un maniqueísmo que sirve como distracción y reduce un problema de poder vs humanidad a un problema de hombres vs mujeres.
El problema real es la cosificación del ser humano y miles de años después sigue afectando a la humanidad. Continuará el “velo” en Persia.