El Centro Carter: de Panamá a Venezuela, una herramienta intervencionista en manos de la USAID

El Centro Carter: de Panamá a Venezuela, una herramienta intervencionista en manos de la USAID

A la medianoche del martes 30 de julio, la organización no gubernamental (ONG) estadounidense Centro Carter publicó una declaración acerca de la elección presidencial de Venezuela celebrada dos días atrás y a la que fueron invitados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) como observadores junto al panel de expertos electorales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El documento fue difundido luego de la abrupta e intempestiva salida del país de su delegación, a solo horas de conocerse el primer boletín oficial del CNE. Los representantes de la institución fundada en 1982 por el expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter se fueron sin completar todas las fases del proceso al cual fueron convocados.

El comunicado espeta, en su primer párrafo y sin recurso de argumentación, que “la elección presidencial de Venezuela de 2024 no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada como democrática”. Vale decir que este no es un texto de carácter técnico, sino una temprana declaración de prensa. Ellos prometen difundir en el futuro un informe final “detallando todos los hallazgos en este comunicado”.

Como ellos mismos precisan en su nota, “el Centro Carter desplegó 17 expertos y observadores a partir del 29 de junio, con equipos en Caracas, Barinas, Maracaibo y Valencia”. Específicamente, 11 delegados estuvieron circunscritos a la capital y solo 2 personas estuvieron en cada una de las otras tres ciudades. Se trata de una delegación de alcance limitado, como también lo señala su comunicación:

“Dada la cantidad de integrantes, las observaciones directas del Centro Carter fueron limitadas, especialmente el día de las elecciones”.

Sin embargo, esta ONG se adelanta a reprobar la elección presidencial venezolana haciendo coro del discurso de la oposición, que resultó perdedora en los comicios.

Se adelantaron

El presidente Nicolás Maduro se refirió a la declaración del Centro Carter el miércoles 31 de julio durante una rueda de prensa con medios internacionales. Reveló que ese documento estaba redactado un mes antes de la elección y que el Gobierno lo conocía. “Lo que le faltaba era el picantico que le pusieron ahora”, advirtió Maduro. Y agregó:

“…porque se desnaturalizaron, ya no es Jimmy Carter quien lo dirige, solo lleva su nombre, lamentablemente”.

El legado de Jimmy Carter

Como fue mencionado más arriba, Jimmy Carter fundó el Centro Carter junto a su esposa Rosalynn en 1982, un año después de culminar su mandato presidencial en Estados Unidos. El objetivo de esta ONG, según su portal web, es “prevenir y resolver conflictos, promover la libertad y la democracia y mejorar la salud”.

En sus más de 40 años de actividad, la organización ha intervenido en más de 80 países, comenzando a principios de los años 80 con programas de ayuda humanitaria enfocados en la prevención y erradicación de enfermedades, mayormente en África. Luego, en 1989, comenzaron a intervenir en procesos electorales como observadores y más adelante se involucraron en procesos de negociación de paz en conflictos internacionales.

La primera vez que observaron unas elecciones fue en Panamá en 1989 y las declararon fraudulentas, jugando un rol clave en la serie de eventos que condujeron a la invasión de ese país por tropas estadounidenses en diciembre de ese año y el derrocamiento de Manuel Noriega.

Jimmy Carter recibió en el año 2002 el premio Nobel de la Paz por su trayectoria frente al Centro Carter en materia de resolución de conflictos, derechos humanos, observación electoral y control de enfermedades, así como por la negociación de los acuerdos de Camp David entre Egipto e Israel durante su presidencia (1978).

Según la Nueva Enciclopedia de Georgia, un portal de la Universidad de Georgia, estado natal de Carter:

“… el centro alcanzó una trayectoria de logros durante sus primeros veinticinco años, citando entre sus hitos: la observación de sesenta y siete elecciones en veintiséis países; ayudar a los agricultores a duplicar o triplicar la producción de granos en quince países africanos; crear caminos hacia la paz en Bosnia y Herzegovina, Eritrea, Etiopía, Haití, Liberia, Corea del Norte, Sudán y Uganda; prevenir enfermedades innecesarias en América Latina y África, incluyendo la reducción de casos de enfermedad del gusano de Guinea en todo el mundo de 3,5 millones en 1986 a menos de 50.000 en 2007; y hacer avances significativos en el esfuerzo por disminuir el estigma contra las personas con enfermedades mentales mediante la sensibilización pública”.

En Venezuela

El Centro Carter intervino en los cinco procesos electorales venezolanos que involucraron la presidencia de Hugo Chávez: las elecciones de 1998 y 2000, ambas ganadas por Chávez; el referendo revocatorio de 2004 con el que se ratificó a Hugo Chávez como presidente; y las elecciones presidenciales de 2006 y 2012, también ganadas por Chávez.

Fue en 2012 cuando Jimmy Carter, durante la conferencia anual del Centro Carter en su sede en Atlanta, pronunció unas palabras que han sido por años repetidas con entusiasmo por los chavistas, así como utilizadas por opositores para denostar de esta organización. Al hablar sobre Chávez, y luego de aclarar su desacuerdo con las políticas del comandante de la Revolución Bolivariana, dijo que estaba seguro de que este había ganado la elección del año 2006 de manera completamente honesta, frente a las sempiternas quejas de supuesto fraude por parte de la oposición. Y remató:

“De hecho, de las 92 elecciones que hemos monitoreado, yo diría que el proceso electoral en Venezuela es el mejor del mundo”.

También acudieron a las elecciones de 2013, en las que resultó electo presidente Nicolás Maduro, y a las elecciones regionales y municipales del año 2021.

Una nueva etapa

Jimmy Carter fue muy activo como cara visible de su ONG hasta el año 2015, cuando fue diagnosticado con cáncer y sus apariciones públicas se redujeron drásticamente. Desde entonces, las riendas del Centro Carter han descansado cada vez más en quien ocupa el cargo de CEO (Chief Executive Officer o Director Ejecutivo), que entre 2014 y 2020 fue Mary Ann Peters, una diplomática que venía de servir 30 años al Departamento de Estado y desde 2020 lo hace Paige Alexander, quien trabajó por décadas en la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, conocida por sus siglas en inglés como la USAID.

Paige Alexander dirige actualmente el Centro Carter.

En el portal web del Centro Carter presentan a su actual directora ejecutiva, Paige Alexander, como la persona que “ha visualizado el camino a seguir por el Centro Carter en su transición de una organización dirigida por sus fundadores a una guiada por los principios de sus fundadores”.

Claramente, Alexander marca un parteaguas en el rumbo y dirección del centro Carter y así lo enfatiza la propia institución al asegurar que esta mujer “ha liderado la organización en nuevas direcciones, incluyendo la incorporación de programas para abordar: la crisis mundial de salud mental, la polarización política en los EEUU y el impacto del cambio climático en la paz mundial y la salud pública”.

Como miembro de la USAID, una de las agencias públicas del establishment estadounidense, junto a la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y el NED (Fondo Nacional para la Democracia), que ha sido denunciado como el aparato intervencionista de Washington, Paige Alexander operó en los Balcanes entre 1993 y 2001, durante y después del conflicto conocido como las Guerras Yugoslavas y también en el período en que la OTAN bombardeó Serbia y la caída de Slobodan Milosevic luego de la ola de disturbios liderada por la organización Otpor!.

Coincidiendo con la entrega de Milosevic al tribunal de La Haya, Paige Alexander se retiró de la USAID por 10 años, para regresar en 2011 como administradora adjunta para Europa y Eurasia. Alexander estuvo en esa posición cuando ocurrieron los eventos conocidos como Euromaidán, disturbios que provocaron la caída del presidente de Ucrania Viktor Yanukovich y el comienzo del conflicto ruso-ucraniano.

Un año después del cambio de régimen en Ucrania, en 2015 Alexander fue nombrada encargada de la oficina de la USAID para Oriente Medio y Norte de África, coincidiendo con el auge y máximo esplendor del Estado Islámico en la región.

Luego, entre 2017 y 2020, esta experimentada funcionaria especialista en la implementación de la política exterior estadounidense en zonas de conflicto, cambió el perfil para dedicarse a trabajar en una ONG llamada Eucord (Cooperativa Europea para el Desarrollo Rural), que opera en países africanos y se define a sí misma como “una organización sin fines de lucro que tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida de los agricultores y favorecer a los consumidores locales mediante el desarrollo de un sector agrícola eficiente y competitivo que estimule la economía rural”.

Desde allí fue el salto de Paige Alexander para aterrizar como cabeza e impulsora de una renovación en el Centro Carter.

Financiamiento

Conocer las fuentes de financiamiento de una organización pueden aportar ideas acerca de qué intereses se mueven detrás de estas entidades. En el caso del Centro Carter se pueden ubicar cuatro financiadores principales, según el portal web influencewatch.org: la Fundación Bill y Melinda Gates, del famoso dueño de Microsoft; la fundación MacArthur; la fundación Open Society de George Soros, y la fundación Conrad N. Hilton, del negocio hotelero.

Además, figuran agencias públicas o multilaterales como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU, la Unión Europea, el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud y varios organismos de las Naciones Unidas.

También, en el propio portal web del Centro Carter está desplegado un largo listado de donantes corporativos entre los que podemos mencionar: Coca Cola, Meta, Pfizer, Ford, Palantir Technologies, Merck, entre otros.

Así mismo, aparecen como financistas los gobiernos de Australia, Alemania, Bélgica, Japón, Irlanda, Catar, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Nigeria y varias agencias del gobierno de Estados Unidos como el Departamento de Estado y, por supuesto la USAID. Llama la atención que en la página dedicada a los financistas aparece la USAID como “socio destacado”.

Observar afuera

El Centro Carter se hizo muy famoso por sus actuaciones de observación electoral, que ellos mismos totalizan en 124 misiones en 40 países. Estos son: Bolivia, China, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, República Dominicana, Ecuador, Egipto,

Etiopía, Ghana, Guatemala, Guinea, Guyana, Haití, Indonesia, Jamaica, Kenia, Líbano, Liberia, Libia, Madagascar, Mali, México, Mozambique, Birmania, Nepal, Nicaragua, Nigeria, Palestina, Panamá, Paraguay, Perú, Filipinas, Sierra Leona, Sudán, Timor Oriental, Túnez, Venezuela, Zambia y Zimbabue.

Llama la atención que todos los países en los que ha intervenido el Centro Carter pertenecen al llamado Tercer Mundo o Sur Global. En 40 años, esta ONG no ha intervenido en ninguna elección en algún país europeo y mucho menos en su propio país, Estados Unidos, aun cuando ha habido numerosas denuncias de irregularidades y críticas al sistema electoral. En territorio estadounidense, el Centro Carter solo ha observado elecciones en cuatro comunidades indígenas: Cheroqui, Cheyenne, Arapajó y Muscogui.

La organización ha declarado que desde 2020 ha estado trabajando para “apoyar las elecciones en casa (o sea en Estados Unidos) brindando información objetiva sobre el proceso electoral y promoviendo buenas prácticas en materia de transparencia”. En ningún momento hablan de observar elecciones ni mucho menos de criticar el sistema electoral.

Lo más parecido a eso, si cabe, es que prometen que a partir de este año trabajarán “para fortalecer la confianza en el proceso electoral de EEUU brindando información a los votantes, alentando a EEUU a cumplir con los estándares electorales internacionales, promoviendo la observación ciudadana no partidista y trabajando para mitigar la posible violencia electoral”.

La huella imperialista

Este breve recorrido analítico por algunos puntos claves relacionados con el Centro Carter sirve de contexto para comprender la actitud que ha tenido esta ONG frente a la elección presidencial del pasado 28 de julio y los comentarios del presidente Nicolás Maduro sobre su actuación, que demuestran que conoce muy bien a esta organización. Maduro diferencia el desempeño del Centro Carter bajo el mando de sus fundadores y resalta que el nuevo rumbo que ha tomado tiene claramente la huella de la maquinaria imperialista de Washington:

“El Centro Carter tiene dos historias, una con el expresidente Jimmy Carter y ahora con esta gente que lo lleva, que son del Departamento de Estado y trabajan en la USAID”.

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