Jubilados de Pdvsa, Estaciones de Servicios y precio de la gasolina

Jubilados de Pdvsa, Estaciones de Servicios y precio de la gasolina

Atendiendo al principio venezolanista enarbolado por el fundador de la Opep, Juan Pablo Pérez Alfonzo, y reafirmado por el presidente Nicolás Maduro, de valernos por nosotros mismos, Pdvsa ha puesto la mirada en los conocimientos y experticias de los jubilados de la industria para que optimicen el manejo gerencial de una porción de las Estaciones de Servicios, EESS.

La iniciativa pone énfasis en buscar que los duchos en materia petrolera gestionen alrededor de 30% de las EESS del país, sobre todo si presentan propuestas comunitarias, colectivas, que permitan compartir y generar saberes y experiencias que optimicen los servicios e irradien beneficios hacia los consumidores y las comunidades.

En el país existen 1.625 EESS, de las cuales 1.032, un 70%, se encuentran en manos privadas. Es sobre el resto, 30%, donde el Ministerio de Hidrocarburos y Pdvsa buscarán incentivar a los jubilados para que, organizados, surtan al país de gasolina, diésel, gas, lubricantes y la cada vez mayor lista de productos eventuales y de ocasión que expenden las popularmente llamadas “Bombas”.

El negocio de las EESS se torna cada vez más atractivo, sobre todo porque el robo de combustible vía contrabando se ha reducido significativamente, fruto de estrategias del Gobierno Bolivariano dirigidas a brindar una mayor seguridad en el Caribe y en los 2.200 kilómetros de frontera con Colombia, que incluyen el monitoreo permanente de los camiones cisterna con satélites y alcabalas.

A esta lista hay que añadir el aumento del precio y poco a poco de las ventas de la gasolina a 0,5 dólares el litro, favorecido por la leve, pero sustancial mejora del poder adquisitivo de la población, y su abaratamiento por el avance inflacionario, hecho que se evidencia en el incremento de su consumo respecto al combustible subsidiado, regalado, que se expende el 30% de las EESS.

Por efecto de la inflación, el valor de 0,5 dólares ubica el precio de la gasolina por debajo de su costo de producción, restándole a Pdvsa recursos financieros y de inversión para realizar a cabalidad tareas de producción, refinación, distribución y suministro de sus productos y derivados, entre los cuales se incluye a la misma gasolina.

El autor de esta nota, a título estrictamente personal, considera pertinente para contribuir a la seguridad operativa de la industria y a la tranquilidad de los consumidores elevar el precio de la gasolina a 0,75 dólares el litro en 2026.

Más, cuando observamos que el cada vez más aseado y mejor servicio dispensado por las EESS está ligado al margen de 0,01 dólares obtenido por cada litro de gasolina vendido, que de mantenerse el actual precio del combustible ese margen se transformará en un subsidio de Pdvsa a las EESS.

Además, la decisión estaría justificada por una realidad incómoda para Pdvsa y los venezolanos. Empujados por la creciente oferta mundial de crudos, el precio del petróleo y de la gasolina en los mercados internacionales están a la baja, afectando en consecuencia los ingresos de la nación. Y las perspectivas de alza no parecen halagadoras.

Un análisis del movimiento del precio de la gasolina elaborado por Robert Rapier bajo el título “¿Por qué los precios de la gasolina están bajando?”, publicado el pasado 26 de agosto por la web OilPrice, dice que los precios de la gasolina han caído significativamente este año, tras la caída generalizada del petróleo crudo, lo cual ha suscitado el argumento político de algunos partidarios de Trump, quienes insisten en que la caída se debe a un aumento en la perforación provocado por las políticas del presidente.

“La realidad es más compleja. Los mercados energéticos son globales y los precios fluctúan en función de la oferta, la demanda y los inventarios, factores que rara vez dependen de quién ocupe la Casa Blanca”, dice.

Explica que el principal impulsor en este momento es el aumento de la oferta global. Precisa que la OPEP+ ha anunciado que revertirá por completo sus recortes voluntarios de producción de 2,2 millones de barriles diarios para septiembre de 2025, un año antes de lo previsto. Al mismo tiempo, productores no pertenecientes a la OPEP como Estados Unidos, Brasil y Guyana continúan aumentando la producción. “En general, se prevé que la oferta global aumente en 2,5 millones de barriles diarios este año, superando la demanda y ejerciendo una clara presión a la baja sobre los precios”, afirma.

En cuanto a la demanda, el analista aprecia que el crecimiento ha sido menor de lo previsto. “El consumo en China, India y Brasil ha sido decepcionante, mientras que la demanda en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, se ha mantenido prácticamente sin cambios. Japón está alcanzando sus niveles más bajos en décadas, y el crecimiento del PIB estadounidense se ha desacelerado el 1,4%, lo que ha provocado una disminución del consumo interno de combustible”.

Finalmente, concluye Rapier, los inventarios de petróleo están aumentando. Han aumentado durante cinco meses consecutivos, alcanzando un máximo de 46 meses de 7.800 millones de barriles a nivel mundial. El aumento de los inventarios es una clara señal de exceso de oferta, y la historia demuestra que acumulaciones sostenidas como esta suelen preceder a caídas de precios más drásticas.

“En resumen, la actual bajada de los precios de la gasolina no se debe a las acciones de un solo político. Se debe a un aumento de la oferta mundial que choca con un crecimiento tibio de la demanda y un aumento de los inventarios. La presión política puede ser irresistible, pero las fuerzas del mercado en juego son mucho mayores que cualquier administración”.

Cabe destacar que, en el pasado, la caída de los precios del petróleo ha representado una clara victoria para la economía estadounidense. En 2005, el país importaba alrededor de 12,5 millones de barriles de petróleo crudo al día, por lo que un petróleo más barato se tradujo en menores costos de importación y más dinero para los consumidores.

Pero desde entonces, Rapier observa que Estados Unidos ha pasado de ser el mayor importador mundial a un exportador neto de petróleo crudo y productos refinados. Esto cambia el panorama. Los precios más bajos del petróleo siguen beneficiando a los consumidores en las gasolineras, pero también presionan a una de las industrias más importantes de Estados Unidos, reducen los ingresos por exportaciones y amplían el déficit comercial. Para un país que ahora depende de las exportaciones de energía como pilar de su fortaleza económica, el petróleo barato es un arma de doble filo.

La caída del precio del petróleo en el mercado internacional ha provocado, en 2025, que el crudo venezolano promedie 54,6 dólares, por debajo de 65,26 marcado en 2024, diferencia que reduce los ingresos del país, ya afectado por las ilegales medidas coercitivas especialmente enfocadas contra Pdvsa.

De allí que un precio de 0,75 dólares el litro de gasolina contribuiría a soliviantar las operaciones y finanzas de Pdvsa y con ello a sostener un aceptable suministro de gasolina a los transportistas del país.

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