La IA se hace retro e impulsa el mercado de los discos duros | Mercados Financieros

Cinco Días

De tal palo, tal astilla, Daniel Barahona ha seguido los pasos de su padre y se dedica a la informática. “La conocí de pequeño”, recuerda, evocando el viejo ordenador de su padre, con el que, a los dos años, ya pasaba horas jugando a videojuegos de personajes de Disney en disquete. Hoy Barahona genera modelos de inteligencia artificial para diversos clientes desde la startup WhiteBox, una consultora madrileña que crea IA para terceros. Este científico de datos de apenas 24 años trabaja con la tecnología más futurista, pero su pasado le sigue de cerca. Los discos duros, una parte de los ordenadores de toda la vida que sirve para almacenar datos, se han convertido en una clave inesperada en la revolución de la IA, escondidos detrás de las inversiones multimillonarias en el desarrollo de los chips más modernos de fabricantes como Nvidia, la primera compañía en superar los tres y los cuatro billones de dólares de capitalización bursátil.

Los procesadores de última generación, con los que piensa la inteligencia artificial, no serían nada sin los datos en sí usados para entrenarla. Barahona lo explica: “La IA es como un niño: aprende a partir de las cosas que ve. Luego, tú tienes que enseñarle muchos textos, fotos o videos, que deben guardarse en algún lugar”. Por ello la carrera de la IA ha apalancado inversiones multimillonarias no solo en las tecnológicas de la moda sino también en los centros de datos, los sitios donde se guardan todos los datos en la nube. Según McKinsey, las empresas del sector son responsables de cinco de cada seis dólares invertidos en estos centros hasta 2030. El desembolso rozará los siete billones en ese período.

La demanda de espacio para almacenar los datos de la IA prevé duplicarse en los próximos tres años, según estimaciones del mercado; la mayor parte para el entrenamiento de los modelos de inteligencia artificial, apunta Seagate, uno de los mayores fabricantes de discos duros del mundo. De acuerdo con la firma de análisis de mercado International Data Corporation, el sector necesita guardar hoy unos 20 zettabytes de datos, o el equivalente al almacenamiento de 80.000 millones de móviles.

No toda esa información tiene que ser accesible de manera inmediata por la IA, sino solamente guardada como registros, copias de seguridad, fuente para modelos futuros o hasta cumplimientos legales (la UE exige el mantenimiento de datos de entrenamiento en algunas áreas, como en reconocimiento facial). Para ello, el bueno del disco duro saca adelante el trabajo por un precio mucho más competitivo que el de las tecnologías de almacenamiento de datos más modernas, como los chips SSD. El 80% de la información en los centros de datos están en discos duros. Vincent Oostlander, director de ventas de Seagate en Europa, sostiene: “La necesidad de los centros de datos ha convertido nuestro negocio en algo muy importante y estratégico para la IA”.

Los discos duros estaban presentes en prácticamente todos los ordenadores en los años noventa y dos mil. Esa tecnología compuesta por discos magnéticos perdió espacio a los compactos SSD a principios de la década pasada, cuando Barahona se inspiró para trabajar con IA al ver en el cine Her (2013), una película sobre un chico enamorado de una asistente digital.

El mercado no cree que los discos duros pasen de moda de manera tan rápida en los centros de datos. “Como la demanda tiene visos de ser estructural, no vemos ninguna alternativa clara en el corto plazo”, añade Jaime de León, gestor de renta variable de Mutuactivos especializado en tecnología. Así, Seagate y su principal competencia, Western Digital, viven su mejor momento en Bolsa. Han más que duplicado su valor en Bolsa en 2025 y superan los 40.000 millones de dólares (unos 35.000 millones de euros) en capitalización, sus máximos históricos. Los títulos de las dos empresas rozaban respectivamente los 225 dólares y los 120 dólares el pasado 10 de octubre.

Comparativa de la evolución en Bolsa de los fabricantes de discos duros Seagate y Western Digital (Líneas)

Seagate y Western Digital cotizan respectivamente en torno a 35 y a 20 veces sus beneficios. Es cuánto se paga en acción por cada dólar generado por las empresas, un indicativo de la perspectiva de los inversores sobre el crecimiento del negocio.

Estas ratios precio-beneficio son las más altas desde finales de 2024, cuando el mercado confiaba en una mayor necesidad de gasto en inversión en IA, antes de que el fabricante chino DeepSeek lanzaran su modelo con un coste, según ellos, casi diez veces inferior al de la competencia estadounidense. En aquel momento, ambas empresas enfrentaban dificultades para satisfacer la demanda. Seagate registró caídas interanuales en sus ingresos, mientras que Western Digital experimentó un ligero aumento.

Para revertir ese escenario, Seagate estrenó el año pasado en el mercado una nueva generación de discos duros con una tecnología, HAMR, que amplía la capacidad de los discos duros por encima de los 30 terabytes y con perspectiva de impulsar a los 50 terabytes en los próximos años. (antes el almacenamiento crecía en media solamente unos dos terabytes anualmente). “Nos ha costado 20 años para poder desarrollar esa tecnología”, celebra Oostlander. Western Digital debe lanzar su disco duro con HAMR en un par de años. Preguntado sobre sus planes para hacer frente a la demanda, Western Digital afirma: “Seguimos colaborando estrechamente con nuestros socios y clientes para comprender sus necesidades”.

En medio a la actual bonanza, los dos fabricantes han encadenado una serie de subidas de ingresos a lo largo de 2025. En cifras anualizadas, Seagate y Western Digital aumentaron su facturación un 30 % y sus márgenes brutos en diez puntos porcentuales. “El repunte muestra que la inteligencia artificial está entrando en una fase de escalada”, evalúa León.

En Whitebox se consumen solamente 15 terabytes de espacio de almacenamiento para los cerca de 50 proyectos desarrollados en seis años de existencia. Entre ellos, uno de los que Barahona mejor recuerda, un sistema para prever la contaminación de algunas vías de tren para un cliente en Estados Unidos. Whitebox crea sus modelos de IA por medio de los chips de Nvidia, el patrón en el sector. Así como los discos duros, la tecnología del momento también acerca Barahona a su pasado. Los procesadores de Nvidia que impulsan la IA antes servían para ejecutar gráficos para videojuegos.

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