Gabriel Escarrer Jaume (Palma de Mallorca, 1971), presidente y consejero delegado de Meliá, afronta con optimismo el final de 2025 tras un verano con resultados desiguales por destinos. “No creo que haya una desaceleración ni un cambio de ciclo, sino más bien una normalización de los ritmos del crecimiento del sector turístico, que en estos tres o cuatro últimos años ha doblado o triplicado el aumento de PIB en España”, recalca en una entrevista con Cinco Días durante la inauguración del hotel Paradisus en Fuerteventura, que se va a convertir en el buque insignia de su nueva apuesta por el modelo de todo incluido de lujo en España, tras una inversión de 32 millones de euros. “En Meliá hemos cerrado el tercer trimestre por encima del año anterior, tanto en ingresos, como precios y ocupación. Ya no veremos crecimientos de doble dígito, sino de medio dígito y más equilibrado, tanto en tarifas como en ocupación, ya que en los últimos años ha ponderado mucho más la primera sobre la segunda”.
Escarrer anticipa un ebitda (resultado bruto de explotación) sin plusvalías superior a los 534 millones de euros conquistados el año pasado, a pesar de que uno de sus hoteles más rentables (el hotel Paradisus Cancun en México), con una aportación anual de 23 millones de euros, permanece cerrado desde el pasado verano, y una deuda que se situaría en el entorno de dos veces ebitda. “En esos niveles estamos muy cómodos”, considera.
El directivo distingue tres grandes grupos de compañías turísticas en España en función de la diferente evolución de sus resultados. En primer lugar, las más perjudicadas “han sido aquellas con más dependencia de la turoperación y del mercado alemán, en clara recesión por la pujanza de los coches eléctricos procedentes de China”; en segundo, las que dependen de Reino Unido o del mercado nacional que han bajado un poco respecto al año pasado; y en tercero, las que se han beneficiado del tirón del mercado norteamericano, como es el caso de Meliá: “Pese a la devaluación del dólar frente al euro, ha sido muy relevante la llegada de turistas estadounidenses tanto a hoteles vacacionales y urbanos de Europa. De hecho, ha sido el mayor mercado emisor para nuestra compañía en destinos clave como Mallorca, Menorca o Ibiza”.
La compañía hotelera, que este año cumple 80 años de vida, afronta un cambio de paradigma en la cartera en España, ahora muy enfocada al lujo, con referentes como el Gran Palacio de Milán o el Villa Agripina de Roma, que son los más caros en el mundo, con una tarifa media diaria que oscila entre los 1.000 y los 1.130 euros por noche. “España sigue siendo extremadamente competitiva en precios y no lo digo yo, sino el Fondo Monetario Internacional. Vengo de Las Vegas, donde muchos agentes me han recalcado que los precios de los hoteles en Madrid o Barcelona son fantásticos comparados con el resto de destinos competidores. Por lo tanto, hay recorrido para seguir subiendo el precio de los hoteles en España. Si comparo Marbella con la Costa Azul, aún hay un amplio margen de mejora, o si comparas Ibiza con Santorini o Mikonos, también lo hay. Hay sitios de Mallorca donde el precio es un tercio del que se cobra en la Costa Amalfitana”. En su opinión, la llegada de marcas hoteleras internacionales a España ha sido una bendición, porque ha ayudado mucho a elevar el nivel y a atraer ese cliente internacional. “Aspiramos a cobrar tarifas de entre 400 a 600 euros, pero no los 1.500 euros que se cobran en Italia”, apunta.
Más inversiones de Adif y Aena
Tras sufrir la pérdida de su padre y de su madre en apenas siete meses, Escarrer Jaume asume todo el poder ejecutivo y se reparte el control de la compañía a través del pacto parasocial firmado por los seis herederos, mediante el cual cualquier decisión que afecte a las participaciones en la matriz deberán contar con mayorías reforzadas del 80%. Preguntado por posibles alianzas o compras de otras compañías en el futuro, el consejero delegado de Meliá se siente cómodo con los objetivos marcados para este año (30 aperturas y 8.500 habitaciones adicionales) y cree que, en el caso de que se produjera algún cambio, sería partidario de hacerlo mediante una ampliación de capital. “Pero no hay nada en estos momentos”. También descarta posibles alianzas comerciales, como las selladas por Iberostar con IHG y Piñero con Hyatt para potenciar sus ventas mediante sus canales de lealtad con millones de clientes. “El 32% de nuestros ingresos ya viene por ventas directas”, remarca.
Preguntado por los problemas de retrasos en aeropuertos o averías en el transporte ferroviario, el directivo es partidario de que Aena y Adif eleven sus inversiones para mejorar sus instalaciones y el servicio de atención al cliente. “En el caso de Aena habría que revisar los contratos de externalización, como los de seguridad, en los que se pondera mucho más el precio frente a otros factores. Lo que no podemos ver son las imágenes de esas colas tremendas en los aeropuertos y que clientes norteamericanos, asiáticos o árabes, que vienen en vuelos con una duración de seis a 15 horas, tengan que esperar otras cuatro para pasar el control de pasaporte. Eso es tercermundista”.
Por ello, Escarrer acepta que haya un incremento de tasas aéreas, siempre y cuando vaya acompañado de una apuesta por la calidad. “Hay que ser conscientes que el turismo ya supone el 14% del PIB y que de él dependen más de tres millones de trabajadores”. Todo lo contrario de lo que opinan las aerolíneas, que ven margen para una bajada de tarifas entre 2027 y 2031.
Al margen de las dificultades para completar sus plantillas, Escarrer denuncia el “alarmante” crecimiento de los niveles de absentismo en España. “Tradicionalmente era de un 3% a nivel global en la compañía, en los últimos seis años se ha triplicado hasta el 9% y en algunos destinos de España, como es el caso de Canarias, puede llegar al 20%”.