Jorge Javier Vázquez no ha vuelto a la tele: es la tele | Televisión

EL PAÍS

Se abren las puertas del plató y sale él. Con ese peinado tan formal, el pelo y el rostro apurados, los zapatos blancos de Prada que tanto le gustan. Y sonríe. Jorge Javier Vázquez no ha vuelto a la tele. Es la tele. Él lo sabe, está como pez en el agua porque en cuanto se encienden las luces levanta el cuello, mira a uno y otro lado, suspira levemente y una sabe que desde ese mismo instante se ha olvidado de casi todo lo malo.

Se nota porque sus ojos se humedecen levemente cuando ve que casi todo está como antes. Que todo funciona, los focos le iluminan, el público le aplaude y grita su nombre. Y él sabe lo que tiene que hacer y decir durante las casi cuatro horas que vendrán después. Como sabe que hay un guion que seguirá cuando le venga en gana. Ha venido a divertirse a Supervivientes. “Como sigáis más, lloro”, le dice al público que sigue coreando “Jorge” al unísono.

Benditos sean los hijos pródigos que nos hacen reír y no dormir hasta las dos menos diez de la mañana. Jorge salió anoche con ganas de jarana. Sabe mejor que nadie que estaban muchos pendientes de él. Los escépticos preguntándose si seguiría con la maquinaria engrasada, la rapidez de siempre. Los enemigos deseando que todo fuera plano, monolítico, la nueva tele familiar que no hace daño a nadie, y él no hiciera otra cosa que chirriar. Pincharon en hueso.

Porque tardó muy poco en llamar a Carmen Borrego “Potota”. Y en ese momento los huérfanos de Sálvame hicimos piña y comunión. “¿Prefieres saltar del helicóptero o la primera silla de De Viernes?”, le preguntó a la hija pequeña de María Teresa Campos, vestida con el chaleco salvavidas y los enormes cascos para evitar el ruido, presa de un ataque de pánico por las alturas.

Detalle para los no iniciados. Para explicar lo de Potota hay que trasladarse a esa España en la que la noche de los sábados Telecinco emitía Sábado Deluxe. Borrego había decidido operarse de la papada que tanto le acomplejaba y mostrar su nuevo rostro en una entrevista en ese programa. La productora del formato, La Fábrica de la Tele, decidió darle la bienvenida con una imagen de Mr Potato lleno de vendas, ya que es un muñeco al que se le pueden cambiar distintas partes de su cuerpo. Y Kiko Hernández, eficacísimo hacedor de motes, la bautizó como Potota y así seguirá siendo mientras algunos respiremos.

Otro detalle para los no iniciados. De viernes es el programa que emite Telecinco en sustitución al Deluxe. De ahí el sarcasmo del de Badalona con la pregunta.

Momentos estelares

Continuemos con el programa, que fue larguísimo y, sin embargo, pasó como un suspiro. Aquí un resumen con momentos estelares. Jorge preguntando a algunos concursantes quién les había engañado para ir al programa. Jorge preguntando lo mismo a algunos familiares y amigos, presentes en el plató. Jorge citando a Hilario López Millán. Jorge mirando a cámara y diciendo: “Le tengo cariño a Arancha del Sol porque yo, como ella, también salía en la tele”. Jorge tonteando con un concursante que se ha llevado un cojín con la cara del presentador a Honduras. Jorge diciéndole a Zayra Gutiérrez, hija de Guti y Arantxa de Benito, que ha visto salir a gente de un after con mejor cara que ella. Jorge preguntándole si estaría su padre viendo el programa, ella diciendo que seguro, él respondiendo que tenía un póster del 14 del Real Madrid en su cuarto para después mirar a cámara y decir: “Ay, si lo sé me opero más”.

Laura Madrueño antes de titarse desde el helicóptero.
Laura Madrueño antes de titarse desde el helicóptero.

Jorge pasándoselo de miedo destilando sarcasmo a raudales: “Vamos a putear a Carmen un poco, que la veo muy tranquila”. Jorge diciéndole a Ángel Cristo junior que calme a Borrego en las alturas, antes de lanzarse al agua: “Cógela con cariño, como si fuera tu madre”. Risas sonoras en el plató tras este momento álgido de la eucaristía. Jorge siendo todos nosotros cuando le dice a Lorena Morlote, que acaba de contarnos a las mujeres que si se nos cae el culo inmediatamente después va la corona: “El glúteo es muy importante para mucha gente”. Jorge presentando a Morlote como “peluquera de las estrellas, ha peinado a Victoria Beckham, Ana Obregón e incluso a Makoke”. España haciendo la croqueta delante de la tele como Mila Ximénez de Cisneros en Sálvame tras escucharle.

El programa recibiendo a Javier Ungría, exmarido de Elena Tablada, con Lloraré las penas de David Bisbal, que también fue pareja de Tablada. Jorge recibiendo a Sandra Barneda (que presentará los debates de los domingos) sin rencor —presenta el programa Así es la vida en el mismo horario que Sálvame Limón— pero agarrándole del brazo: “Mira, parecemos las tietas”. Ella respondiendo desde esas alturas que Dios le ha dado: “No me vayas a decir nada que estamos fenomenal”. Él con esa risa de niño chico travieso que sabe que todo va bien. Él diciendo, antes de empezar la primera de las pruebas, el bautismo en el lodo: “Vuelve al barro en Mediaset, por fin vuelve el barro”. Él a punto de terminar la gala diciendo, desatado vivo: “Vaya paso de mierda que he dado, voy a repetir”.

Jorge pasándoselo de miedo y siendo Jorge Javier Vázquez. Ese tipo que juega siempre y que, cuando se mira de reojo y ve que da bien en plano, sonríe de medio lado y nos cuenta lo mucho que se gusta. “Yo me veo y pienso: cómo podéis haber estado tanto tiempo sin mí”, dijo. Amén.

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