OnlyFans o cómo “blanquear” un “imperio de la pornografía y la prostitución” | Sociedad

EL PAÍS

29 de octubre de 2023. Salvilla, un youtuber con más de 120.000 suscriptores en un canal dedicado a “emprendimiento, real estate, criptomonedas y motivación personal” sube una entrevista a Favda, el llamado rey de OnlyFans en España. Su nombre es Sergio Fuentes y “gestiona una agencia” con “modelos” para esa plataforma que tiene alrededor de 3,2 millones de personas registradas como creadoras de contenido y alrededor de 239 millones de personas registradas como usuarios que pagan por esos contenidos. Esos usuarios, en su mayoría, son hombres, ocho de cada diez, y la mayor parte tiene entre 25 y 44 años; las creadoras —las “modelos” a las que hace referencia Fuentes— son en su práctica totalidad mujeres (97%), sobre todo jóvenes; el contenido es erótico, sexual y pornográfico; y la web se queda con el 20% porcentaje de lo que ellas ganan.

En esa entrevista, Salvilla le pregunta cuestiones como qué hace para “potenciar la monetización” de las chicas, “cómo las capta” o cuánto gana. Favda contesta cosas como que la “gente se cree que coges una chica y al día siguiente está haciendo dinero”, pero que no es tan fácil porque “además las mujeres son complicadas y no es fácil dedicarse al trabajo sexual”; que “lo ideal es coger una chica y hacer que gane dinero”, porque “una vez que una chica te ha dado dinero, la segunda va ser sencillo porque simplemente tienes que mostrar tus resultados y van a caer muchas”. También que lo que entra en su cuenta —en Andorra, donde se mudó hace un tiempo para pagar menos impuestos— son unos “100 K” al mes. 100.000 euros que derivan de los ingresos de las “modelos” que “gestiona”: se queda, de media, con la mitad de sus beneficios.

Pero esas mujeres no son modelos, aunque también haya modelos en esa web; no todas tienen altos beneficios, son, de hecho, una minoría; y esa plataforma no es inocua. La Federación de Mujeres Jóvenes, que ha presentado este martes en el Ministerio de Igualdad el estudio cualitativo OnlyFans. Un espacio blanqueado del negocio del sexo —en el que se incluye parte de esa entrevista en YouTube—, la define como un site “que genera millones de euros al año [más de 500] convirtiendo a las mujeres en productos y mercancía a través del consumo continuado de contenidos pornográficos y prostitución”, que “facilita el discurso prostituyente sobre las mujeres a través de la normalización del pago de dinero por las prestaciones de cualquier tipo de imagen o servicio de índole sexual, y donde la propia plataforma procede como proxeneta junto con las redes de proxenetas que en ella actúan captando a mujeres cada vez más jóvenes”.

Algo que también vieron la Fiscalía y la Policía de Andorra el pasado marzo. Abrieron una investigación a Fuentes, acusado de proxenetismo, después de aparecer en el programa Equipo de Investigación de La Sexta, contar que cobra a las mujeres entre el 30% y el 50% de lo que ellas generan y que dijera que le gusta que “tengan un perfil así como de inocente, que parezcan inocentes, pero que estén buenas” y que “si son menores, mejor”.

El funcionamiento de OnlyFans —con el que este diario ha intentado contactar sin obtener, hasta el momento de la publicación, respuesta— es sencillo: las mujeres se crean una cuenta, suben contenido (texto, vídeo, imágenes o audio) y los hombres usuarios pagan por esos contenidos, suscribiéndose a una o varias creadoras por un importe mensual. También pueden hacer peticiones expresas de contenido, por las que pagan aparte y tienen acceso a hablar con ellas por mensaje, audios o videollamadas. La “frontera” entre pornografía y prostitución, dice el estudio de la FMJ, “se está desvaneciendo”.

Según Raquel Pérez Benasco, la vicepresidenta de la FMJ, “OnlyFans es una nueva forma de explotación sexual que cada vez atrae a más mujeres y cada vez a más mujeres jóvenes, que recurre y desarrolla los mismos patrones de la pornografía y la prostitución y que reproduce la misma violencia sexual, la dominación masculina, el machismo y la misoginia”.

Pérez ha apuntado además un “nuevo peligro”: la normalización y glamurización del discurso sobre esta web que cala en la sociedad y entre los más jóvenes a través de otras redes sociales como TikTok, YouTube o Instagram, donde “gestores” como Fuentes buscan a chicas a las que creen que pueden convencer de registrarse en la plataforma. Y eso “lo maquillan como algo empoderante, lo llaman empoderamiento femenino”, dice la vicepresidenta de la Federación.

El mensaje de OnlyFans hacia las mujeres, según el análisis de la FMJ, y muy resumido, es: aprovecha tu capital erótico, tu poder, para ganar dinero, mucho y fácil, con total libertad desde tu casa. Lo ha recordado Mónica Saiz —socióloga, investigadora y redactora del informe—, durante la presentación, y ha hecho un repaso por los factores que hacen que la plataforma sea base para las nuevas formas de explotación sexual.

De la precariedad al blanqueamiento de la prostitución

La primera, central, la precariedad laboral y económica de las mujeres jóvenes. Las expertas que han participado en el estudio —Ana de Miguel, Carmen Ruiz Repullo, Bárbara Tardón y Laura Selena Báez— consideran “que la clase social es clave en el incremento de esta nueva forma de explotación sexual, como sucede con el sistema prostitucional en general, afectando de forma extraordinaria a mujeres jóvenes de clase obrera”.

Muchas de ellas, ha recordado Saiz, no tienen trabajo, o tienen trabajos mal pagados, pero incluso aquellas que no tienen una mala situación económica, ven como un camino “fácil” crearse una cuenta en esa plataforma a la que entran “pensando que son solo unas cuantas fotos” por las que ganarán dinero, “pero es un espacio de proxenetismo, prostitución y pornografía” que no lo parece precisamente porque “desplaza las características clásicas” de esos mundos.

Si se habla de la pornografía, “no hay set de rodaje, ni actores, ni productora”, son las mujeres las que “ponen todo, graban con su móvil, en su habitación”; y si se habla de prostitución, “también hay una desindentificación porque no están en calles, clubs o polígonos, están en su casa y piensan ‘nada tengo que ver con esa mujer prostituida, no soy yo’, ellas mismas reniegan de ese estigma”, ha explicado Saiz.

Esa “disociación” del porno y la prostitución tiene que ver con “la cosificación sexual” de las mujeres y “la idea, falsa, de empoderamiento a partir de su hipersexualización”, ha ahondado la investigadora. El discurso de OnlyFans está basado en una versión “modernizada”, y “neoliberal”, de la feminidad, en la que “cada vez es más imprescindible que la hipersexualización se presente como libremente elegida”, según desarrolla el estudio de la Federación. Y añade que así se “difunde la creencia de que una mujer tiene poder cuando un hombre está dispuesto a pagar por verla desnuda”, una “autocosificación sexual” que se da “porque existe una sociedad pornificada”, que es otra de las variables que el análisis califica como “determinante”.

La última es el “blanqueamiento” que se ha hecho desde el principio de esta plataforma, según Saiz. A través del lenguaje, por ejemplo, usando términos como “creadora de contenido”, “camgirls” o “gestores” que desplazan a otros como “prostituta, putero o porno, invisibilizando que lo que ocurre realmente es explotación sexual”. Otra es la presencia en la plataforma de famosas e influencers como Cardy B o Bella Thorne.

Por eso, dice la socióloga que no asocian lo que hacen con la prostitución clásica, “porque esta está asociada con el contacto físico y el mantenimiento de relaciones sexuales, y no con la venta de imágenes y vídeos sexuales”; aunque, también advierte, “hay un paso a esa prostitucional tradicional”, que ocurre cuando las mujeres quedan presencialmente con los hombres con los que chatean en OnlyFans o que son suscriptores de su contenido.

Citas en persona que el estudio engloba dentro de uno de los múltiples daños a los que están expuestas las mujeres que están en esa web, el físico: “Las posibles agresiones sexuales que pueden sufrir en las citas, y al mayor riesgo de agresión sexual que tiene una mujer joven cuando es reconocida por los hombres como ‘mujer de todos”. También hacen alusión al daño social: “El estigma que sufren las mujeres, que mella su autoestima y autoconcepto. De hecho, muchas de ellas llevan a cabo esta labor sin que su entorno lo conozca, elevándose así la percepción de soledad, vergüenza y malestar emocional”. Y a las consecuencias psicológicas, “algunas derivadas de la difusión tecnológica de imágenes y vídeos sin consentimiento, la extorsión o la huella digital”.

Una huella en la que Saiz ha insistido al explicar que OnlyFans “prohíbe explícitamente que los contenidos sean reproducidos por los usuarios, pero se asignan el derecho de modificarlos y reproducirlos ellos de modo perpetuo, es decir, que lo que suben ya no es suyo, es de OnlyFans, y aunque se den de baja, sus fotos y vídeos van a poder seguir siendo difundidos eternamente. Una victimización eterna”.

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