El general Patrick Sanders (Wiltshire, 59 años), recién fichado por la filial del banco Santander en el Reino Unido, Santander UK, como asesor sobre la industria de Defensa, recuerda casi como si fuera un bucle su primer destino militar, hace ya casi cuatro décadas: “Todo empezó en Alemania Occidental, defendiendo Europa frente a la Unión Soviética tras el muro de Berlín. En la misma posición donde nos encontramos ahora: haciendo frente a la Rusia de Putin, de la que se podría decir que es aún más hostil y peligrosa de lo que era la Unión Soviética”, relata Sanders en el pódcast del diario The Times que comparte desde hace un año con el periodista especializado en asuntos de Defensa, Tom Newton-Dunn, llamado precisamente El General y el Periodista. Ambos se conocieron durante la retirada de las últimas tropas británicas del palacio de Basra, en Irak.
Aquella salida fue considerada por muchos una humillación. Pero Newton-Dunn, que presenció una operación ejecutada de modo impecable por el Cuarto Batallón del Ejército británico, bajo el mando de Sanders, llevó a la portada del diario The Sun la fotografía del general y sus hombres, con el titular “Los Leones de Basra”.
Sanders guarda esa foto en su despacho. “La ironía es que nunca he formado parte de una organización que tuviera una moral más alta que la de aquellos hombres”, recuerda.
Su vocación y su vida ha sido el Ejército, y culminó una trayectoria plagada de destinos (Irlanda del Norte, Kosovo, Irak, Afganistán…) y condecoraciones (en el Reino Unido, su nombre siempre lleva el Sir por delante) con el puesto más elevado al que puede aspirar cualquier oficial: jefe del Estado Mayor, cargo que desempeñó desde 2022 a 2024. Antes había desempeñado los cargos de comandante para Operaciones Especiales y Ciberataques, y antes aún, comandante del Mando de Fuerzas Conjuntas.
Pero Sanders, que no se ha mordido nunca la lengua, llegó a una posición cuya principal tarea consiste en asesor al Gobierno sobre decisiones militares estratégicas, en el momento en que Rusia acababa de lanzar su agresiva invasión de Ucrania, y toda Europa contemplaba al Gobierno de Vladimir Putin como la amenaza más inminente y real de la seguridad del continente.
El entonces Gobierno conservador del Reino Unido había decidido recortar de 80.000 a poco más de 73.000 el número de efectivos del Ejército, justo en un momento en que el consenso emergente señalaba la necesidad de un rearme. En 2010, la cifra de personal militar rondaba los 100.000.
“En los próximos tres años, debemos plantearnos como algo plausible un Ejército británico con al menos 120.000 efectivos. Y aun así no bastará con eso”, había dicho Sanders en un discurso público. “No vamos a tener inmunidad, y como parte de una generación pre-guerra, debemos prepararnos. Es una tarde que requerirá el esfuerzo de toda una nación”, dijo el general.
Sanders se aventuró a señalar que sería necesario en el futuro un “ejército de ciudadanos”, entrenado y preparado para librar combate sobre el terreno. “Ucrania nos ha mostrado con brutalidad que los ejércitos regulares comienzan las guerras; los ejércitos de ciudadanos son los que las ganan”, señaló.
Para hacer honor a la verdad, el general nunca habló de recuperar un servicio militar obligatorio, sino de formar un cuerpo voluntario de ciudadanos antes el escenario bélico que aventura el futuro inmediato. Sus palabras, sin embargo, bastaron para poner nerviosa a la “generación TikTok” y al Gobierno conservador de Rishi Sunak, que enseguida tomó distancia de las palabras de Sanders y desmintió la idea de un reclutamiento forzoso.
En junio de 2024, después de un periodo más breve de lo que suele ser normal en el puesto, Sanders dejó de ser jefe del Estado Mayor. Seis meses después, el 31 de diciembre de ese mismo año, abandonaba de modo definitivo el Ejército.
Desde entonces, no le han faltado ofertas para realizar tareas de consultoría, en un momento en que Gobiernos, bancos, empresas financieras y la propia industria han redoblado sus esfuerzos para impulsar las inversiones en Defensa.
“Estamos viviendo un giro de la historia. Una revolución en los asuntos mundiales, donde todo lo que dábamos por descontado, ese extraordinario periodo de paz, seguridad y prosperidad que hemos disfrutado con el Orden Mundial de los últimos ochenta años ha desaparecido. Y no sabemos aún qué es lo que está surgiendo”, señala Sanders en su pódcast.
El general llegó a vaticinar, en una entrevista para el diario The Telegraph (el mismo que ha adelantado su fichaje por el Santander UK), que el Reino Unido debía prepararse para la posibilidad de entrar en guerra con Rusia en los próximos cinco años. “Si Rusia deja de combatir en Ucrania, en unos pocos meses puede tener la capacidad de lanzar un ataque limitado contra algún miembro de la OTAN, y eso implicaría la necesidad de que el Reino Unido tuviera que intervenir para dar su apoyo”, dijo Sanders.
A diferencia del presidente estadounidense, Donald Trump, y de su secretario de Defensa, el ex presentador de Fox, Pete Hegseth, que están obsesionados con erradicar todo lo woke del Ejército de EE UU, Sanders se encargó de dejar claro, en su último discurso como jefe del Estado Mayor, que no se creía esa majadería cuando se trataba de los soldados británicos: “Suelen ser flacuchos, con una educación pobre y procedentes de un entorno poco privilegiado”, dijo en la ceremonia de graduación de la Real Academia Militar de Sandhurst. “Pero tienen nobleza de espíritu, una resistencia irreprimible y un gran estado de ánimo, una alegre naturaleza salvaje, y una capacidad para la súbita violencia que, atemperada con disciplina, principios y valores, los convierte en los soldados más duros de batir de todo el mundo”, explicaba el general. “Cualquier majadería que oigáis o leáis sobre una generación woke, yo no la reconozco”, concluía.