El naufragio de la opa del BBVA abre nuevas opciones corporativas para el Sabadell | Mercados Financieros

Cinco Días

La agonía ha terminado. Han sido 17 meses de ataques y contraataques con toda clase de armas, y un resultado incontestable. La opa hostil lanzada por el BBVA en mayo de 2024 al Sabadell ha fracasado, con un vencedor que, paradójicamente, se resiente en Bolsa, y con un vencido que se dispara ante el final de las incertidumbres. El viernes, el banco que preside Carlos Torres cerró con una subida del 6% y el que pilota Josep Oliu se hundió un 6,8%.

Ahora queda por dilucidar el futuro de la firma catalana, con las opciones de una eventual operación corporativa junto a Unicaja de nuevo en el orden del día, tras las informaciones de contactos informales entre ambas entidades (el pasado mayo) que terminaron en nada. Varios analistas consultados indican que el banco de origen catalán tiene dos opciones: seguir con la hoja de ruta trazada y demostrar que puede crear valor en solitario, como ha defendido su cúpula durante todo el proceso, o encontrar una pareja de baile adecuada.

Nuria Álvarez, de Renta 4, considera que ahora la dupla de Josep Oliu y César González-Bueno debe demostrar que es capaz de cumplir con las altas expectativas generadas, ya sin el TSB —que supuso en torno al 17% del beneficio neto en el primer semestre—, que vendieron y que repartirán en forma de un dividendo gigante de 2.500 millones de euros que se pagará previsiblemente en abril del próximo año. Entre este año y 2027 el Sabadell espera realizar distribuciones de dividendos y recompras de acciones de en torno a un 40% de su cotización actual. Ignacio Cantos, de atl Capital, añade que tiene un as en la manga que permitirá que logre sus objetivos. “Sabadell es la gran banca corporativa en España, el segmento más rentable de la banca, ya sustituyó a Popular en ese papel”, añade.

Las opciones encima del tapete para eventuales movimientos corporativos con Sabadell son los sospechosos habituales: Abanca, Ibercaja y Kutxa y Unicaja. Las posibles combinaciones entre ellas son múltiples. Todas las miradas se centran ahora en dilucidar cuáles son los escenarios más probables.

La unión con el banco que preside José Sevilla es una opción que lleva sonando desde hace tiempo. “Unicaja saldría beneficiada de una fusión con Sabadell, teniendo en cuenta su reciente trayectoria de crecimiento. No obstante, el valor de mercado de sus carteras de bonos, junto con la presencia de la Fundación Unicaja, con una participación del 31%, son factores negativos”, señala otro analista que prefiere no ser citado. En una entrevista concedida a este periódico el pasado mayo, Sevilla aseguró que están centrados en seguir su plan estratégico, no en fusiones.

El viento de cola para el sector es indudable: los tipos de interés están anclados al 2%, el euríbor algo por encima y los depósitos, congelados; la morosidad está en su nivel más bajo desde 2008 y un sólido incremento de los ingresos por comisiones del 5%. A esto se añade que España exhibe una tasa de crecimiento anual del 3,1%, a la cabeza de Europa, y un paro a la baja. “Los bancos europeos están de moda, y especialmente los españoles”, indica Javier Beldarrain, analista de banca de Bestinver Securities. En este entorno, la presión para llevar a cabo fusiones es suave y el incentivo a exhibir músculo en solitario, elevado: los directivos se pueden mantener firmes en sus planes de negocio futuros en solitario. Eso sí, dejan la puerta abierta a posibles operaciones con la condición sine qua non de que sean amistosas.

Sin incertidumbres

En el otro lado del puente aéreo, las acciones del BBVA cotizan aliviadas por el final de las incertidumbres, y el final de las estrategias que los inversores bajistas que habían puesto en marcha, vendiendo en la opa títulos del Sabadell y, al mismo tiempo, comprando en mercado. Han huido en tropel y su acción consolida sus máximos desde finales de 2007.

Tampoco está sobre la mesa el efecto de dilución de la compra, el riesgo de ejecución (pérdida de clientes en una entidad con mucho arraigo, como el Sabadell) y el gris escenario de una ampliación en efectivo para una eventual segunda opa. Con un coste de entre 8.000 y 11.250 millones, el banco vasco hubiera tenido los números más ajustados para mantener la senda de retribución al accionista previa al fracaso de la opa. El analista de banca de Bestinver indica que el plazo de tres y cuatro meses de la segunda oferta supondría una incertidumbre que lastraría el banco que preside Torres.

La experta de Renta 4 señala que el destino del exceso de capital del BBVA queda ahora despejado: dividendos, con una recompra de acciones inminente para finales de este mes por unos 1.000 millones de euros, así como el macrodividendo de 0,32 euros por acción que abonará en noviembre, por un total de 1.800 millones de euros, y —aquí está la clave— una “significativa recompra de acciones adicional”, según BBVA. “Pueden llegar a ser unos 3.000 millones de euros”, explica la analista. La entidad prevé disponer de un total de 36.000 millones de euros para distribuir entre sus accionistas hasta 2028.

Ver fuente