El nuevo hotel de lujo cerca del Bernabéu tendrá baños con vistas y piscina en el sótano | Fortuna

Cinco Días

Madrid se ha convertido en una de las ciudades de moda entre los turistas ricos, que necesitan hoteles de lujo donde alojarse. Y el sector inmobiliario no ha dejado pasar la oportunidad de abrir un buen puñado de establecimientos operados por grandes marcas, tanto nacionales como internacionales, que han desembarcado en los últimos años en la capital. Sin embargo, quedaba una especie de desierto de hoteles de cinco estrellas en una de las zonas más vibrantes de la urbe, los alrededores del estadio Santiago Bernabéu y de la zona de negocios de Azca, donde, además, reabrirá renovado el Palacio de Congresos.

“Es un enclave estratégico para el futuro de Madrid”, ha asegurado Enrique Isidro, presidente ejecutivo de Ibervalles, para explicar por qué han elegido dicho emplazamiento para la construcción de un nuevo hotel de lujo. La sociedad cotizada de inversión en el mercado inmobiliario (socimi) adquirió un edificio en General Perón número 27 que ahora se dispone a derribar y volver a construir desde cero. Para esta tarea ha contratado al estudio de arquitectura BIG, liderado por Bjarke Ingels. El reconocido arquitecto, que debuta en la ciudad con este proyecto, ha concebido un hotel de 15 plantas, cada una de ellas de unos 500 metros cuadrados, que tendrá 144 habitaciones todas exteriores, un spa, centro de convenciones y parking con 49 plazas, que quizá sean menos al terminar la construcción. La previsión de Ibervalles es que el hotel abra sus puertas en el primer trimestre de 2028.

Lo que aún no tiene el activo es una marca hotelera que lo gestione. Desde la socimi, que encargó el proceso de búsqueda a CBRE hace un año, se asegura que de las 15 firmas que se han manejado, están cerca de cerrar el acuerdo con una que ya tiene presencia en la ciudad, pero no aportan más detalles sobre si es nacional o internacional. Ibervalles espera poder anunciarla antes de terminar el año si las negociaciones no se tuercen. Tampoco ha querido Isidro dar cifras de inversión en el proyecto.

Mientras que llega el operador, la compañía ha decidido presentar el proyecto en un evento celebrado este viernes en Madrid. En el mismo, ha sido Agustín Pérez, socio del estudio BIG, el encargado de explicar algunos detalles más del hotel. “Nos ha dado la oportunidad de redefinir lo que es el lujo. Cambiar la perspectiva de lo que la gente piensa que es un hotel cinco estrellas”, ha asegurado, mientras detrás de él se proyectaba una imagen del Mandarin Oriental Ritz.

A la hora de crear la fachada, una de las inspiraciones han sido los ladrillos rojos de muchos edificios madrileños, color que se ha querido recrear con el uso del cobre. Otra han sido las ventanas curvadas que salpican el urbanismo capitalino, como ocurre con las del Palacio de Longoria. El edificio se ha concebido como la unión de muchas mini torres cilíndricas, algunas ocupadas por las habitaciones y otras por los baños de éstas. Pérez ha recalcado la novedad de sacar los baños de la parte interior de las estancias, “para moverlos a la fachada”. El huésped puede así disfrutar de las vistas mientras se lava las manos o se cepilla los dientes. Eso sí, no verá el Bernabéu, porque un edificio justo delante lo tapa.

El socio de BIG ha explicado que aún no se ha decidido el interiorismo del hotel, que correrá a cargo del estudio de Lázaro Rosa-Violán, autor, entre otros, de la reciente remodelación del hotel Palace de Madrid. Ibervalles está a la espera de cerrar el acuerdo con el operador hotelero para trabajar de manera conjunta la decoración del activo. Por ello, las recreaciones de habitaciones y zonas comunes del establecimiento son algo provisional y que, con toda probabilidad, cambiarán en el futuro.

De entre las instalaciones del hotel, Pérez ha destacado también la piscina, proyectada en el sótano y con un lucernario que permitirá ver a los que entre en el recibidor del hotel a las personas que se estén bañando. No podía faltar una terraza en la azotea del inmueble, para unirse a la moda implantada en la ciudad de beber en las alturas. Con este proyecto, Pérez confía en que el urbanismo de la zona sea “más agradable”, porque considera que actualmente “es un poco duro”.

Sobre el tipo de clientela, el arquitecto ha contado que se espera que entre semana sean viajeros de negocios y el fin de semana personas que asistan a eventos deportivos y culturales en el Bernabéu, incluso los artistas que actúen en el estadio. Eso cuando el recinto vuelva a poder acoger conciertos, actividad que, por ahora, ha suspendido. Quizá para 2028, cuando el hotel abra sus puertas, la música sí que resuene, sin molestar a los vecinos, en el coliseo madridista.

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