En los últimos meses, la militarización del mar Caribe por parte de las fuerzas armadas estadounidenses ha encendido las alarmas en el imaginario colectivo venezolano. No se trata únicamente de buques de guerra surcando cerca de nuestras aguas, sino de una estrategia comunicacional que, como una sombra, se extiende sobre la cotidianidad del pueblo: el rumor.
Ese susurro persistente que dice que “hay que comprar comida”, que “algo va a pasar”, que “prepárate porque vienen por nosotros”. El rumor, más que una noticia, es una amenaza emocional.
La angustia que genera esta narrativa no es espontánea, en un país que ha resistido sanciones, bloqueos y campañas de desinformación, el rumor se convierte en un arma silenciosa, capaz de desestabilizar cuando asesinan a personas “muy cerca” de las costas venezolanas.
Desde la comunicación política, entendemos que el rumor no es un error: es una táctica. Se siembra para debilitar la moral, para fracturar la cohesión social, para hacer que el pueblo dude de sí mismo. En este contexto, la militarización del Caribe no es solo una maniobra geopolítica, sino una estrategia diseñada para generar zozobra en el país.
Cada imagen de un portaaviones, cada declaración ambigua de un funcionario extranjero, cada análisis alarmista en medios hegemónicos forma parte de una narrativa que busca que el venezolano se sienta sitiado y acorralado.
Pero no estamos vencidos. La historia de Venezuela está marcada por la resistencia. Desde la lucha independentista hasta la defensa de nuestra soberanía en el siglo XXI, hemos demostrado que no nos doblega ni el poder militar, ni el poder mediático.
Sin embargo, es urgente que como sociedad desarrollemos mecanismos para enfrentar la amenaza del rumor. La información veraz, la organización comunitaria, la pedagogía política y la solidaridad son nuestras mejores armas.
No podemos permitir que el miedo dicte nuestras decisiones económicas. No podemos dejar que el rumor nos robe la tranquilidad, la planificación, el futuro. La amenaza no está solo en los buques: está en el mensaje que esos buques transmiten y frente a ese mensaje, debemos responder con conciencia, unidad y claridad.
Porque si algo ha demostrado el pueblo venezolano es que no hay rumor que pueda con la verdad.