Por: E Hernández/ D León
El sector pesquero venezolano ha demostrado una voluntad inquebrantable para mantener su faena, incluso frente a las amenazas de potencias extranjeras. Los pescadores artesanales del país, conscientes de que su trabajo diario en el mar es también un acto de ejercicio de soberanía y paz, han dejado claro que no se amilanan ante la presencia de flotas de guerra o submarinos nucleares en la región.
El vocero principal de los Consejos de Pescadores (Conppas) de la Marina de Caraballeda, Luis García, destacó que la vida en el mar es una tradición que se hereda y se aprende con la práctica y que, a pesar de los ataques y las dificultades, el gremio mantiene su producción ininterrumpida.
“Somos nosotros, los pescadores y pescadoras de Venezuela y de todo el mar Caribe, quienes nos vemos afectados. Nosotros no somos delincuentes, nosotros somos trabajadores que salimos desde las 4 de la mañana a hacer nuestra faena de pesca. Nuestras armas son el nylon y el rendal”, aseguró a ÚN.


Para los pescadores de La Guaira, el mar Caribe ha sido siempre su sustento y su territorio. Sin embargo, en los últimos tiempos, sus aguas habituales de pesca se han convertido en un escenario de tensión internacional, obligándolos a modificar sus prácticas centenarias para protegerse de lo que perciben como una amenaza real.
“Evidentemente, hay una amenaza real en contra de los pescadores. Ya han bombardeado algunas embarcaciones, pero sin ningún tipo de protocolos de actuación, nada. Son asesinos y nosotros tenemos que cuidarnos, cuidar nuestra integridad, cuidar nuestras embarcaciones, cuidar la paz y la estabilidad de la República”, dijo García.
Por ello, la rutina en muelles como el de Caraballeda ha cambiado, donde antes solo se hablaba de peces y mareas, ahora discuten coordenadas y posibles riesgos.
“Hemos hecho prácticas, hemos hecho cursos, hemos establecido algunas estrategias comunicacionales, ahora tratamos de salir en grupo”, detalla García, quien no duda en calificar la acción de Estados Unidos contra un buque atunero venezolano en aguas nacionales como “una violación flagrante de todo el derecho internacional”.
Sin embargo, resalta la respuesta de los compañeros: “Vamos a volver a equipar la embarcación, vamos a colocar combustible, vamos a colocar hielo y carnada y volvemos a salir a pescar. Esa es la actitud del pueblo pescador. Esa es la actitud de los hombres y mujeres que ejercemos la pesca”.
García manifestó que día a día se fortalece la organización y el compromiso del sector para defender la integridad de la nación. Acotó que al ser parte del Consejo de Soberanía y Paz del sector Pesca, “forman parte de la historia de la defensa del país”, ante el asedio imperial.


“No nos vamos a detener. Cuente, pueblo venezolano, que los pescadores y las pescadoras vamos a continuar y ahora muchísimo más”, dijo.
Algunos pescadores han dado un paso más allá, integrando las milicias bolivarianas, hombres de mar que ahora aprenden el manejo de las armas.
“Hemos creado una fuerza que se llama la milicia pesquera, donde todos y cada uno de los pescadores de distintas regiones del país nos hemos ido sumando para la defensa integral de nuestro país y así garantizarle una seguridad más propia a cada uno de nuestros compañeros a la hora de cualquier amenaza externa”, dijo Douglas Díaz, vocero de los Conppas de Macuto.
Mientras los pescadores desafían el peligro en altamar, en tierra firme late otro corazón, el de las familias que esperan unidos por un hilo invisible que se extiende más allá del horizonte cargado de esperanza y temor.
“Vengan vacío o vengan lleno, pero la preocupación es que lleguen. Cuando uno los ve aquí en tierra, es que a uno se le quita la ansiedad que uno tiene por dentro. Cuando salen de faena, no duermen ellos afuera y no duerme uno aquí tampoco porque uno se queda preocupado. Allá afuera se ven tantas cosas y, bueno, cuando uno ve que ponen un pie en el muelle, se nos acabó el susto”, cuenta a UN la vocera de las mujeres Conppas de Caraballeda, Rosmary Castro.
Dotación y organización para la seguridad. El Gobierno nacional, en articulación con el sector, ha impulsado estrategias para proporcionar mayor seguridad a los trabajadores del mar.
Una de las herramientas esenciales es la dotación de radiobalizas, un instrumento crucial para la seguridad de las embarcaciones, especialmente aquellas que realizan faenas de varios días y a grandes distancias. Estas radiobalizas, cuyo valor oscila entre 700 y 1.200 dólares, han sido otorgadas de manera gratuita por el Estado venezolano a través del Ministerio de Pesca.
Con este mecanismo, se garantiza que el Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (Inea), pueda conocer la ubicación exacta de las lanchas y activar rescates rápidos, seguros y oportunos en caso de emergencias.
n el estado La Guaira, que cuenta con 34 consejos de pescadores y aproximadamente 700 embarcaciones, se estima que cerca de 150 lanchas han sido dotadas de estas radiobalizas, priorizando a aquellas que se alejan más de 30 millas náuticas de la costa.
El sector también ha fortalecido su organización interna y su articulación con los Cuadrantes de Paz, estableciendo tácticas y estrategias conjuntas que permitirán atender cualquier indicio de peligro en tiempo real, reafirmando que la pesca es una actividad que contribuye a garantizar la seguridad y la paz de la nación.
Producción diversificada.
La voluntad de trabajo no solo se ha enfocado en la faena tradicional, sino en la diversificación productiva. Un grupo de mujeres pescadoras, a través del programa Tejiendo Redes, está procesando el pescado fresco, incrementando su valor y agregado y generando nuevas fuentes de empleo.
Este encadenamiento productivo ha resultado en más de 45 productos procesados que comienzan a llegar a los anaqueles del comercio nacional.
Los pescadores, que llevan en sus peñeros solo un “arma secreta: el gran amor que tenemos por Venezuela”, han asegurado que no dejarán de trabajar y continuarán garantizando el sustento para los hogares venezolanos.
“Los que están ahí, que se queden allá. Nosotros igualito vamos a salir, vamos a producir porque a Venezuela no va a parar nadie”, afirmó Castro.