En una nueva muestra de su política comercial de confrontación, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes que está considerando cortar vínculos comerciales con China en sectores tan específicos como el aceite de cocina, en represalia por la negativa de Pekín a comprar soja estadounidense.
La declaración, publicada en su cuenta de Truth Social, provocó una caída abrupta en los mercados financieros, con pérdidas que superaron los 450.000 millones de dólares en apenas diez minutos.
Trump calificó la decisión china como un “acto económicamente hostil”, desestimando el cúmulo de hostilidades que su gobierno ha desatado contra Pekín y muchos otros países.
El magnate neoyorquino amenazó con suspender las importaciones de aceite de cocina y otros productos, asegurando que Estados Unidos puede “producir fácilmente” ese insumo sin depender del gigante asiático.
Sin embargo, expertos advierten que este tipo de medidas no solo carecen de sustento técnico, sino que también ignoran las complejas cadenas de suministro globales y el impacto directo sobre sectores estratégicos como los biocombustibles.
Mercados en caída libre por declaraciones impulsivas
La reacción de los inversores fue inmediata: el índice S&P 500 cerró con una baja del 0,2 %, mientras que el Nasdaq Composite cayó un 0,8 %, arrastrado por la volatilidad generada por los comentarios presidenciales. En una jornada marcada por la incertidumbre, los índices oscilaron violentamente, reflejando el nerviosismo ante una posible escalada comercial sin planificación ni diálogo diplomático.
Este nuevo episodio se suma a una larga lista de intervenciones de Trump que han desestabilizado los mercados globales, afectando tanto a productores locales como a consumidores internacionales. La amenaza de cortar el comercio de aceite de cocina —un insumo clave para la producción de diésel renovable— podría tener consecuencias profundas en los sectores energético y agrícola, especialmente cuando las importaciones desde China alcanzaron un récord histórico en 2024.
Analistas y líderes empresariales cuestionan la lógica detrás de estas decisiones, que parecen responder más a impulsos políticos que a una estrategia económica coherente. La falta de coordinación con organismos reguladores y el uso de redes sociales como canal principal para anunciar medidas de alto impacto han generado un clima de desconfianza entre los socios comerciales de EE.UU.
Además, la imposición simultánea de nuevas tasas portuarias por parte de Washington y Pekín este martes ha profundizado la tensión entre las dos mayores economías del mundo, en un momento en que la estabilidad financiera global requiere acuerdos multilaterales y no confrontaciones unilaterales.