Trump: más que mediador es cómplice del genocidio

Trump: más que mediador es cómplice del genocidio

La reciente firma del acuerdo de paz en la Franja de Gaza, luego de dos años de agresión sionista contra el pueblo palestino que ha dejado ya 68.000 muertos, mientras Israel ha continuado violando el alto el fuego durante toda esta semana, ha levantado toda una oleada de adulaciones sobre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por su supuesto papel fundamental en ese frágil pacto, lo que oculta el que ha sido su verdadero rol, no el de mediador sino de cómplice de ese genocidio.

Lo denunció con valentía en su discurso en la Asamblea General de la ONU el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y los hechos pueden corroborarlo desde el mismo momento en que retornó por segunda vez a la Casa Blanca.

El supuesto “mediador” desde un principio llegó amenazando al Movimiento de Resistencia Islámica Hamás con “desatar el infierno” sobre sus integrantes si no se plegaban a sus exigencias y en el transcurso de estos ocho meses de gestión no ha cesado de manifestar públicamente su respaldo al régimen genocida del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al punto de que cuando este fue investigado por sus crímenes de guerra en Gaza por la Corte Penal Internacional, emitió sanciones en contra de cuatro de los magistrados involucrados en el proceso.

El 4 de febrero, en una rueda de prensa junto al propio Netanyahu, dio a conocer sus planes para crear en Gaza una “Riviera del Medio Oriente”, que ameritaría no solamente una reconstrucción total, sino el desplazamiento del pueblo palestino hacia otros países. Llegó hasta a difundir un video elaborado con inteligencia artificial en el cual aparecían ambos disfrutando de una playa en el enclave.

En todo este tiempo no ha dejado de apoyar económicamente a Israel, armándolo para perpetrar sus crímenes en la Franja, al igual que lo hizo su antecesor, Joe Biden.

En las administraciones de ambos, desde 2023, cuando comenzó esta escalada de la agresión israelí  contra el pueblo palestino, hasta apenas unos meses atrás, Estados Unidos había empleado 21.700 millones de dólares en ayuda militar para el régimen sionista, según un informe divulgado por la Universidad de Brown el 7 de este mes.

Cómplice. El analista y diplomático Wilmer de Pablos, en una entrevista ofrecida al programa Pulso geopolítico, que se transmite por Radio Nacional de Venezuela, desnudó el martes pasado la realidad oculta detrás de esa imagen de supuesto “mediador” o artífice de la paz en Gaza.

“Tanto Donald Trump como Benjamín Netanyahu son realmente unos genocidas”, sostuvo. “Ese ente sionista fue creado en su oportunidad por el Reino Unido para tomar posesión de tierras, espacios en el Medio Oriente. Tenían todo un plan que consistía en destruir a siete países, pero ahí tenemos al hermano pueblo palestino resistiendo”, dijo.

De Pablos enfatizó que “no podemos olvidar que Trump es un empresario y que ha dicho que todo el territorio de Gaza lo tienen diseñado en un plan estratégico de desarrollo turístico. Además de eso, está el hecho de que al frente, en la fachada marítima de esa costa gazatí, hay grandes reservas gasíferas y que Estados Unidos se encuentra en una etapa de decadencia porque, casualmente, se quedó sin recursos estratégicos y estamos hablando de petróleo, de gas, entre muchos otros recursos muy importantes”.

El analista recalcó que “en política no se puede ser ingenuo. Conocemos la trayectoria guerrerista de Donald Trump, sabemos que simplemente es una figura que responde a ciertas alas, entre esas, por supuesto, al ala guerrerista, que normalmente atiende los conflictos bélicos, la venta de armas. Entonces, nosotros no podemos, bajo ningún concepto ser ingenuos, en el entendido de lo que es realmente este, entre comillas, ‘acuerdo de paz’ firmado”.

La confesión: nosotros armamos a Israel

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se encargó de confesar su participación directa en el genocidio israelí contra el pueblo palestino, durante su intervención el martes pasado ante la Knéset (Parlamento de Israel).

Después de vanagloriarse, como es su costumbre, de las armas que tiene su país, “con las que nadie había soñado”, confirmando así su carácter belicista, lejos del pacifista que quiere venderle al mundo, el mandatario reafirmó lo que por lo demás ya se sabía, que el primer ministro Benjamín Netanyahu le había solicitado armas estadounidenses, entre ellas muchas sobre las que “jamás había escuchado. Son de las mejores (…) Pero las usaste bien”, expresó, dirigiéndose al primer ministro israelí.

Su confesión continuó, afirmando que Israel es más “fuerte y poderoso”, gracias a la cantidad de armamento que le ha venido suministrando Estados Unidos por décadas, y eso, según él, “condujo a la paz”.

Lo que no precisó en esa intervención ante el Parlamento israelí es que gracias a ese apoyo armamentístico de Estados Unidos, entre otras cosas, Israel arrojó más de 200.000 toneladas de explosivos sobre la Franja durante estos dos años de agresión, según el Gobierno de Gaza y mantuvo una inclemente ofensiva contra el pueblo palestino por 24 meses.

Tanques israelíes en la Franja.

Un acuerdo de paz sin verdaderas garantías

La firma del acuerdo de paz el lunes en Egipto, en la cual aparece Donald Trump como el gran artífice, no genera tampoco muchas garantías.

En un comunicado dirigido al portal alemán DW, el jefe de investigaciones del programa del Medio Oriente y Norte de África del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, Hug Lovatt, advirtió que “es demasiado pronto para hablar de la paz, aún hay preocupaciones significativas que deben abordarse. La clave para un alto el fuego exitoso es que los planes puedan realmente llegar a implementarse y que ambas partes cumplan con el acuerdo”.

Mencionó, por ejemplo, que todavía faltan por definir la desmilitarización de Gaza, la propuesta de una “fuerza internacional de estabilización”, las garantías internacionales y las intenciones a largo plazo del Gobierno de Israel (que por lo demás, nunca ha ocultado su objetivo de apoderarse totalmente del enclave palestino, y ha aceptado este acuerdo casi a regañadientes).

Otro aspecto no contemplado en el acuerdo es el Estado de Palestina, algo que, según el rey Abdalá II de Jordania, es clave: “Si no resolvemos este problema, si no encontramos un futuro para israelíes y palestinos y una relación entre los mundos árabe y musulmán e Israel, estamos condenados”.

Manifestantes por Palestina.

Ver fuente