El Embajador de la República de Cuba, acreditado en Venezuela, Dagoberto Rodríguez, recibió por parte del Presidente, Nicolás Maduro, la condecoración Orden Francisco de Miranda en su Primera Clase, tras haber culminado su misión diplomática en el país, reconociendo así «la destacada labor diplomática del Embajador y su contribución al fortalecimiento de las relaciones bilaterales y los lazos de amistad y cooperación integral entre ambas naciones», destaca Prensa Presidencial.
Tras ser condecorado por el presidente Nicolás Maduro, el embajador de la República de Cuba, Dagoberto Rodríguez Barrera, ofreció un sentido discurso de despedida, reafirmando la inquebrantable hermandad entre Caracas y La Habana.
El diplomático agradeció al equipo de gobierno «por el invaluable apoyo en estos últimos 6 años, caracterizado por la solidaridad entre patriotas que compartimos sueños y luchas», expresó y elogió la «valiosa y valiente Venezuela, por haber enfrentado exitosamente todo tipo de agresiones del imperio más poderoso y nefasto», desde la criminal e inhumana guerra económica» y los «aberrantes planes magnicidas», hasta las campañas de descrédito y la amenaza militar.
Rodríguez Barrera destacó que su gestión de seis años encontró en el Gobierno y el heroico pueblo venezolano una disposición forjada en «una historia común y una cultura que nos distingue».
Finalmente, el embajador ratificó el compromiso histórico y la solidaridad irrestricta de la Isla, asegurando al jefe de Estado: «Compañero Presidente Maduro concluyo ratificándole sin vacilación que a pesar de los desafíos que enfrenta Cuba actualmente usted y el pueblo venezolano hoy y siempre podrán contar con los cubanos, como lo han expresado con su firma millones de nuestros ciudadanos en los últimos días», concluyó.
Por su parte, el jefe de Estado, recordó las experiencias vividas durante estos últimos 6 años y aseguró que «Venezuela está comprometida en cuerpo, nervio, sangre y existencia, en la construcción del nuevo mundo. De ese nuevo mundo pluripolar, multicéntrico, donde los pueblos del sur global tengamos derecho a existir de acuerdo a nuestra idiosincrasia, a nuestra identidad y a vivir en paz», explicó el Mandatario nacional durante la ceremonia protocolar de la condecoración.
Prosiguió su discurso destacando que «no hay cabida para hegemonismo en la diversidad cultural, civilizatoria, política, económica y de diversos signos que están surgiendo en todas las regiones del planeta». A su juicio, un nuevo mundo pluripolar está «conformándose, juntándose», para que haya múltiples centros de poder: poder tecnológico, político, militar, económico y geopolítico.
