Expertos y ecologistas recelan de la flexibilización de las restricciones por la sequía en Cataluña a cuatro días de las elecciones | Noticias de Cataluña

EL PAÍS

Expertos y plataformas ecologistas como Greenpeace o Aigua és Vida critican la “falta de cautela” en la decisión del Govern para decretar la salida de la fase de emergencia por la sequía a pocos días de las elecciones del 12-M. “¿Qué va a ocurrir con la moratoria de los nuevos proyectos urbanísticos? ¿Van a poder salir adelante por haber rebajado la alerta a situación de excepcionalidad?”, cuestiona por teléfono Fernando Fernández, coordinador de Greenpeace en Cataluña. La Generalitat, que preside Pere Aragonès, anunció ayer que los 202 municipios del área metropolitana de Barcelona y Girona abandonarán el escenario más grave previsto en el Plan Especial de Sequía (PES), después de que los últimos episodios de lluvias hayan dejado los embalses por encima del 25% de su capacidad (más de 154 hectómetros). Algunas de las fuentes consultadas por este periódico inciden en la posible influencia de los comicios autonómicos, que se celebran el próximo domingo, en la flexibilización de las restricciones.

Los datos pluviométricos avalan ligeramente la salida de emergencia por la sequía que atraviesa la comunidad desde hace más de tres años. Según fuentes del Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC), ha llovido cerca de un 45% más de lo que es habitual en las últimas semanas. Esta agua, junto con el deshielo y algunas precipitaciones previstas en las cabeceras de los ríos, continuarán rellenando las reservas de los embalses, aunque no serán cifras que amparen holgadamente la decisión del Govern. El Ejecutivo de Pere Aragonès ha aprobado el regreso a la fase de excepcionalidad antes de que las cuencas hidrológicas internas alcancen los 165 hectómetros cúbicos (alrededor del 27%), como establece el PES. Es ahí donde radica el recelo de los expertos y las plataformas ecologistas, que se muestran más conservadores con respecto al agua que seguirá llegando a los embalses y a los pronósticos meteorológicos.

“El consumo aumentará por el verano, el turismo y la campaña de riego agrícola. Y el otoño tendrá temperaturas más altas de lo habitual”, señala el coordinador de Greenpeace, que ayer desplegó una pancarta en el pantano de Sau (Barcelona) con los candidatos a las elecciones catalanas para protestar por “la sobreexplotación” de los recursos hídricos. “Creemos que este anuncio no debe distraernos de la centralidad que el cambio climático y la sequía deberían tener en el debate electoral de estos días, porque la sequía sigue siendo uno de los problemas más graves que Cataluña debe enfrentar”, detalla.

Desde el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) pidieron que “no se baje la guardia” y que se priorice la recuperación de los caudales ambientales de los ríos. “Cataluña tiene que asumir que la sequía no se ha acabado y que vendrán muchas más. Hay que cambiar nuestro modelo basado en una falsa disponibilidad infinita de agua y restaurar nuestros sistemas hídricos (ríos, acuíferos y zonas húmedas)”, explicó a EL PAÍS Annelies Broekman, investigadora en agua y cambio global del CREAF. El comunicado que emitió ayer Aigua és Vida va en la misma dirección. “Es una medida cortoplacista y un error contabilizar el agua producida por las desalinizadoras como otro recurso del sistema Ter-Llobregat. Va en contra de la lógica seguida en los últimos meses”.

El conseller de Acción Climática, David Mascort, fue preguntado ayer sobre el posible carácter electoralista de la flexibilización de las medidas antisequía. “Me ofende la pregunta. Si alguno piensa que lo hago porque vienen elecciones, no me conoce. El plan de sequía nos dice cómo tenemos que actuar en cada momento. Siempre hemos dicho que levantaríamos la emergencia en cuanto pudiéramos porque afecta a la economía”, afirmó Mascort durante la rueda prensa posterior a la Comisión Interdepartamental de Sequía.

Tras el regreso al escenario de excepcionalidad, el consumo de seis millones de habitantes de los 202 municipios del área metropolitana de Barcelona y algunas poblaciones de Girona pasa de un tope de 180 a 230 litros; la limitación de agua en la agricultura se reduce del 80% al 50%; en la ganadería del 50% al 30%; y, en el sector industrial, del 25% al 15%. El riego de parques y zonas verdes con agua potable, la limpieza de calles y el lavado de vehículos fuera de los comercios destinados para ello continúa prohibido. Además, se podrán rellenar las piscinas públicas y privadas que estén llenas parcialmente sin la condición de ser reconocidas como refugio climático y siempre que cuenten con un sistema de recirculación que garantice la calidad sanitaria. Pero se prohíbe el llenado de las que estén completamente vacías. Los 12 municipios que se encuentran en Emergencia II y que dependen del embalse de Darnius-Boadella, se mantendrán en esta fase.

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El anuncio del Govern de volver al escenario de excepcionalidad en el ámbito Ter-Llobregat permitirá dotar a los regantes del Ter con más hectómetros cúbicos (hm3). En concreto, se pasará de los 17 hm3 que se les habían concedido a 27 hm3 para todos los cultivos. Los agricultores están contentos, pero el secretario de la Comunidad de Regantes del Baix Ter, Josep Maria Parals, recuerda que en la última reunión con Acción Climática solicitaron que se les concediera 32 hm3 si se producía este escenario. En concreto, a los arroceros de Pals, que la dotación que se les daba de 2,5 hm3 presagiaba la peor cosecha de la historia, un 80% inferior al año pasado, calculan que recibirán ahora 4,5 hm3. Con este aumento creen que podrán cultivar el 50% de los campos y conseguir la mitad de las 6.500 toneladas de arroz que tienen en un año normal, informa Marta Rodríguez

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